La contradicción como parte inherente al ser humano

Muchas veces nos sentimos o pensamos en contradicción

Lo primero que se nos viene a la mente es que esto es algo malo, una señal de que estamos confundidos o de que no tenemos las cosas claras. Y sin embargo, es algo que necesitamos para nuestro crecimiento.

Lejos de representarnos un obstáculo que nos mantiene paralizados en la confusión, la contradicción es fundamental para que podamos crecer. Exige la humildad de vernos cambiar de opinión y entenderlo no como un error, sino como parte de nuestro aprendizaje en un mundo que está en constante cambio. Es en esa tensión, en ese debate interno, donde encontramos la semilla para potenciar nuestro pensamiento crítico y profundo.

Ser contradictorio simplemente significa que somos capaces de sentir, pensar y valorar múltiples cosas a la vez, lo cual es prueba de una mente rica y activa, no de una mente rígida y cerrada. 

La verdadera liberación llega cuando nos damos cuenta de que no necesitamos resolver todas nuestras batallas internas para empezar a vivir. No es un error tener dos ideas o deseos opuestos a la vez, de hecho, esa tensión es nuestra energía. Cuando dejamos de gastar fuerza en juzgarnos por ser tan complejos, nos concedemos el permiso de ser reales. Entendemos que no tenemos que ser "perfectamente coherentes."

Esta aceptación total es la que nos saca de la parálisis. Significa que, por fin, podemos tomar decisiones y avanzar en la vida, no a pesar de nuestras dudas, sino utilizando esa misma tensión como motor.

Al dejar de exigirnos una perfección interna que nunca existió, soltamos el agotamiento mental. Ya no vivimos en la constante alarma de estar "fallando" o de ser "incoherentes". Esta aceptación es, en esencia, un acto de profunda autocompasión que nos permite descansar en nuestra propia verdad. 

El resultado es una paz que no viene de haber ordenado todo, sino de haber aceptado el desorden como una parte vital de nuestra condición.

La contradicción es parte de nuestra complejidad como seres humanos. Viene con nosotros, es parte de lo que somos. Y justamente por eso, nos ayuda. Nos empuja a cuestionarnos, a evolucionar y a ser más completos. 

No es un error a corregir, sino una característica esencial de nuestra naturaleza que, si la abrazamos, se convierte en nuestra mayor aliada.

Te invito a pensar:

¿En qué área de tu vida estás sintiendo contradicción?

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